17 de julio de 2013

Comportamiento

Los ratones, como animales cuadrúpedos que son, corren o caminan a cuatro patas, pero en ocasiones pueden ponerse a dos patas ya sea para comer, luchar u orientarse. Cuando lo hacen se ayudan de la cola para apoyarse y mantener el equilibrio. Igualmente usan la cola cuando corren para mantener el equilibrio pues la mantienen erguida. Además de ser buenos corredores son también fabulosos saltadores (pueden llegar hasta los 45cm) y trepadores o escaladores gracias a sus pequeñas garras y baja altura
Un ratón macho con dos de sus crías
(van casi pegados al suelo). Pasemos ahora al comportamiento que tendrían en cautividad, o sea, en nuestra ''jaula''.



Por lo general, y como pasa con muchos más mamíferos, habrá un macho dominante que se imponga a los demás machos y tenga a su disposición a las hembras. Es decir, el ratón doméstico es un animal territorial. Aunque claro, esto puede cambiar en cuanto tengamos una familia de ratones en nuestra jaula pues si dos o más machos provienen de una misma camada (cosa que nos pasará a menudo si criamos ratones), estos se respetarán desde el nacimiento. El problema puede surgir cuando introduzcamos un macho desconocido en nuestra familia de ratones ya que competirán por el territorio que hay (que es escaso pues tendremos un hábitat de cm2 ó dm2). Los dos machos se volverán agresivos y comenzarán a luchar por el hábitat hasta que uno de los dos se apodere de la zona. Así pues deberemos evitar esto teniendo, siempre que podamos, ratones que provengan de una misma pareja.

El ratón doméstico es un animal con actividad nocturna por lo que evitarán luces intensas. Además, teniendo esto en cuenta, si queremos darle alimentos perecederos (como algún lácteo o fruta) debemos dárselos en este período de tiempo, es decir, al crepúsculo de la tarde a la noche o de la noche a la mañana esencialmente. Como dato, el tiempo de sueño del ratón es alrededor de 12h por día.

Por otro lado, el ratón puede construir nidos con gran variedad de materiales blandos. Al tener la hembra la camada se puede observar cómo anida a las crías manteniéndolas en un ''círculo protector'' para que no puedan salirse del sitio. En estado silvestre se podría observar mucho mejor pues construyen nidos en sitios escondidos y a menudo cerca de fuente de alimentos. En estado silvestre tienen una escasa competitividad con otros mamíferos, como por ejemplo la rata o ratones de campo, por lo que no suelen alejarse mucho de asentamientos humanos. Aunque hay zonas donde pueden convivir con otras especies de roedores.

En cuanto a su comportamiento social, destaca su adaptabilidad dependiendo de los medios disponibles de alimento, refugio, espacio, etc. Por ejemplo, según la disponibilidad de alimento, habrá más o menos competitividad entre machos o disputas hembra-hembra; eso sin contar la alta tasa de reproducción que produce una fuente de alimento grande y constante y en estado silvestre. Es por esto por lo que se producen las ''malas plagas'' de ratones en ciudades. Además el macho tenderá a defender más su territorio y la(s) hembra(s) copulante(s), pudiendo tener éste varias hembras y camadas. Es decir, los ratones son polígamos (un macho tiene a varias hembras a su disposición) y es esto además lo que hace que los enfrentamientos entre hembras sean escasos. Como hecho relevante destaca la cooperación que existe entre estos roedores para sacar adelante camadas ajenas, por lo que el éxito reproductivo de éstos aumenta considerablemente.

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